Por qué Boca dio una clara señal de su próximo DT sin hacer ningún anuncio

Tuvo la chance de desmentirlo, tuvo varias preguntas para desactivar la bomba que estalló en la semana, pudo ahí mismo, a pesar del dolor de la derrota, destruir de manera contundente todo lo que se había edificado en torno a su llegada a Boca. Pero no lo hizo. Tras perder la semifinal con Platense, Miguel Ángel Russo no eligió el silencio, vale decirlo. Pero sí fue gambeteando o tirando afuera cada preguntan que lo vinculaban otra vez a Juan Román Riquelme (con quien siempre mantuvo una gran relación, incluso después de su despido en el 2021). Sin embargo, de esa manera, de ese modo, terminó dando señales inequívocas de que su tercer ciclo en Boca está por comenzar...

En ese marco, fue una repregunta de Olé lo que lo puso en alerta. A él, justo a él. Cultor de un estilo que sabe cómo sacar la pelota para afuera cuando no es necesario comprometerse por demás. “No hagas conjeturas”, se adelantó Russo, para sostener la decisión primaria que tomó apenas se sentó en la sala de conferencias de prensa después de la derrota del Ciclón ante Platense. “Hablo de San Lorenzo y nada más. No hablo de rumores”, había sido la parte sustancial de su primera respuesta de la noche, apenas después de aclararle a otro periodista que no haga (esa pregunta) “porque no te voy a responder nada”.

El tema, la pregunta del millón, era sobre la chance que ya es un secreto a voces que indica que el DT asumirá próximamente en Boca (resta saber cuándo). Es que además del resultado que se diera la semifinal que se jugó en el Nuevo Gasómetro (contemplando que podría haber derivado en un clásico entre el Ciclón y Huracán en la final), la expectativa sobre lo que dijera post partido quien es el hombre elegido por Riquelme para suceder a Gago era lo que motivaba que la atención se centre allí, en la parte baja del Pedro Bidegain.

Las señales de Miguel

Pero la forma en la que Miguel habló, incluso por momentos potenciando la incertidumbre y poniéndose casi en un costado cuando tuvo que hablar del próximo compromiso del Ciclón en Copa Argentina (“A San Lorenzo le va a costar mucho”, dijo sobre una fecha incómoda por las ausencias de citados a la fecha FIFA y lesiones), lo acercaron más a Boca y casi que lo despidieron de su actual club.

Más que señales fueron sus actos, además: Miguel se fue del Nuevo Gasómetro más rápido que otras veces, evitando nuevos contactos con la prensa y con allegados. Y si bien no retiró del club sus pertenencias (hubiera sido algo demasiado obvio), no terminó por planificar la semana de trabajo, cuando era algo habitual en él y en su cuerpo técnico, y más teniendo en cuenta que San Lorenzo volverá a jugar un partido en pocos días: enfrentará a Quilmes el 4 de junio, por los 16avos de final.

Lo concreto es que aunque Miguel no aceptó conjeturas, sí es válido hacerlas sabiendo ya que hay un punto clave de lo que no sucedió entre sus respuestas. Y ahí, vuelve a pesar lo inicial: que en ningún momento Miguelo desmintió la versión de Boca. No la descartó, no se plantó. Y tampoco contestó la pregunta más esencial: si iba a seguir siendo DT de San Lorenzo. Si lo tuviera decidido, habría resuelto todo ahí mismo. Tampoco ocurrió.

Si en la previa ya se decía que era difícil que Miguel siguiera en San Lorenzo por todos los problemas institucionales que arrastra el club y hasta por la deuda que tienen con él (no cobra desde el año pasado), pues por el tono, sus palabras también dieron la sensación de ciclo cumplido.

La señal desde Boca

La otra señal la dio Boca en estas horas. Después de comunicar que ya tenía el DT y que ya estaban cruzando contratos, no anunció a ningún entrenador. Otro indicador de que estaba esperando lo que sucediera con Miguel.

Por eso, ahora lo que falta ver cómo se darán los pasos y qué tiempo llevará asumir su tercera etapa en un Xeneize que necesita su experiencia para llevar calma en un momento de crisis. La misma que Miguel tuvo para plantarse en una conferencia caliente. Y dejar la sensación inequívoca de que será el próximo DT de Román...