Hace todo, porque de él esperan todo. La 10 con la que carga y la historia, o leyenda, que ya es su nombre y apellido no necesitan de más gestas ni gestos. Pero él sigue. Y sigue. Lionel Messi no se conforma con ser campeón de todo, con tener incontables récords y ser uno de los mejores -o el mejor- de este deporte. Leo clavó un buen gol en Inter Miami, para recuperarse del golpe por Concachampions, y luego hizo otro, de esos que no van a la estadística, pero sí son tan valorables como virales.
Su gol de volea fue a los 67 minutos en el duelo ante New York Red Bull, partido que marcó una reacción del equipo de Miami y lo volvió a poner en carrera en la Conferencia Este de la MLS. Y un rato más tarde de ese zurdazo, otro golazo. ¿Qué pasó?
Un hincha, un niño en realidad, entró corriendo al césped del Chase Stadium para sacarse una foto con su ídolo, algo que no es inusual o inédito, pero que hace rato no sucedía, sobre todo con los operativos de seguridad alrededor de Messi. Pero este aficionado corrió a toda velocidad, llegó a Leo y, al mismo tiempo, la seguridad entró para sacarlo. Ahí, el 10 frenó a los grandotes, se puso en el medio, sacó la selfie y cumplió un sueño que vale mil campeonatos.