¿Cómo son los días de Moretti tras el escándalo?

La imagen de Marcelo Moretti guardándose los fajos de dólares en los bolsillos de su saco es muy fuerte, prácticamente imborrable, y por eso todavía sigue moviendo los cimientos de San Lorenzo. De hecho, hasta el momento no se resolvió cómo salir de la crisis institucional que se generó a partir de esa cámara oculta que publicó Canal 9 hace más de una semana, que obligó al presidente azulgrana a tomarse licencia por 90 días (también se autodenunció para que la Justicia evalúe sus actos). Recién por estas horas los dirigentes intentan terminar de buscarle la letra chica al estatuto para poder llamar a una reunión de Comisión Directiva y designar a Julio Lopardo para que ocupe el sillón vacío. Pero... ¿qué pasó con Moretti? ¿Cómo sigue su vida?

Apenas unos días después del estallido del escándalo, y una vez ya anunciada su licencia por X, sus personas más cercanas tuvieron que frenarlo para que el sábado no fuera a la cancha a presenciar el encuentro que terminó en victoria agónica de Central. “Hace años que no falta a un partido y quería ir a toda costa”, le contaron a Olé. Eso no fue lo único: fuentes del club aseguran que el martes mismo se lo vio al presidente licenciado en la Ciudad Deportiva. Al parecer, se acercó para buscar algo y se fue enseguida, casi sin dejarse ver.

Los que lo conocen y están en contacto con él, un círculo bastante chico dado que, por ejemplo, cambió el número de teléfono que mantenía desde hacía años, aseguran que Moretti no está escondido, que mantiene su rutina habitual, quizá dedicándoles algo más de tiempo que en el último año y medio a su estudio de abogados y sus negocios gastronómicos, pero viviendo junto a su mujer y sus hijos en su casa de siempre, en un barrio de bastante influencia cuerva como Caballito.

A pesar de todo lo que pasó, San Lorenzo sigue ocupando tiempo de su vida. Hay quienes aseguran que mantiene contacto con Miguel Ángel Russo, quien públicamente dejó en claro que no iba a meterse en este tema escabroso y que depositaba todas sus energías en lo vinculado al fútbol, como también con algunos directivos, aquellos que siente que le ofrecieron lealtad, como el caso de Néstor Navarro, el vice 1° que en estos días oficializará su renuncia. Hay varios que creen en su inocencia y proponen como principal argumento que en los asientos del club hay mutuos a su nombre (préstamos de dinero que habría puesto) por u$s 180.000, queriendo explicar que puso bastante más dinero que esos u$s 25.000 que son protagonistas en el ya archifamoso video. Claro, el #morettigate también dejó otras secuelas: terminó de quebrar a un oficialismo que ya venía con rispideces e internas y desde el entorno del empresario que hoy está señalado por todos, empezaron a apuntar menos hacia el pasado (como por ejemplo a Lammens y Tinelli) y comenzaron a mirar más de reojo a varios de los que todavía están en la Comisión Directiva porque sospechan que fueron, de mínima, partícipes necesarios en la filtración del video.

Puertas adentro de su grupo, Moretti dio explicaciones off the record. Contó con detalles la historia de las reuniones que aparecen en los videos, aseguró (tal como lo hizo públicamente) que le hicieron una cama, lo extorsionaron y lo vendieron porque quieren su cabeza o su lugar. “No renuncio ni loco. No hice nada, me cagaron... Me voy a tomar licencia y ponerme a derecho, que es lo que corresponde. Pero cuando la Justicia me sobresea, levanto mi licencia y vuelvo”, dijo en aquellas charlas de hace algunos días atrás. Olé intentó tantear cuál es el pensamiento hoy y, al parecer, no cambió demasiado: la idea de no renunciar la mantiene, aún cuando sus pares (opositores y también varios oficialistas) pretenden llevarlo al Tribunal de Ética con el objetivo de destituirlo, algo que, al parecer, a Moretti y a su entorno les sorprende de algunos. Además, claro, mantiene su intención de recuperar su lugar de presidente una vez que quede libre de culpa y cargo y hasta dicen que seguirá avanzando en las negociaciones con una importante empresa para la construcción del nuevo estadio en Boedo, algo que por lo bajo se venía rumoreando antes de que todo se derrumbara.

Si podrá levantar nuevos cimientos con los escombros que quedaron repartidos por doquier es algo que se verá a futuro. En el medio, los hinchas, que no cotizan su pasión en dólares y piden “que se vayan todos”.