Hasta la visita de River a Gimnasia, Ignacio Fernández había jugado apenas cinco partidos, con 157 minutos en cancha, y 11 los vio sentado en el banco de suplentes, como el caso de la Supercopa Internacional. Incluso, quedó afuera de la lista de convocados frente a San Martín de San Juan, decisión que no sorprendió desde lo futbolístico, pero sí tuvo la magnitud de "bomba"por ser un histórico. Pero ese famoso click que hizo el equipo de Marcelo Gallardo también lo encendió a Nacho y contraste fue marcado: en los siguientes cinco encuentros que jugó acumuló 283' y en tres fue titular.
“A uno nunca le gusta estar afuera. Lo tomé con tranquilidad. Cuando me toca, trato de aprovechar los momentos. Si le va bien a uno, les va bien a todos...”, confesó el volante, revelando que no le resultó fácil el hecho de ver los primeros encuentros del año del otro lado de la línea de cal. Algo que caló hondo en la mente del creativo, que a pesar de adversidad nunca se le pasó como opción bajar los brazos.
“Nadie se puede relajar. Ni los delanteros ni los volantes. Nosotros entrenamos de la mejor manera: al que le toque lo apoyamos y al que no tiene que estar preparado”, agregó el volante, que con su conquista a Barracas Central suma dos goles (el otro fue a Vélez) y dos asistencias en los tres juegos disputados en esta primera mitad de mayo.
Nacho Fernández celebra su gol. Foto: Cristina Sille/Clarín.
Al igual que Enzo Pérez, el Cerebro está más vigente que nunca. Con un 85% de precisión en los pases frente a Guapo, aunque su experiencia esté evidenciada en sus incipientes canas, físicamente rinde como si tuviera veintipico. Y no sólo lo demostró en Guayaquil y en los últimos dos partidos del Apertura 2025 como local. Su ingreso en los 2.500 metros de altura de Quito ante Independiente del Valle fue importante para pasar del 0-2 al 2-2, lo que significó una inyección de confianza.
“Para mí la edad es un número, si uno se siente bien… El equipo está en crecimiento y hace que todos nos sintamos mejor”, justificó su nivel Fernández, quien recibió una ovación al ser relevado en el segundo tiempo. Señal de cómo ha levantado su nivel en relación a aquel febrero en el que por baja performance no viajó a Cuyo y que también se reflejó en el Monumental: de algunos silbidos, pasó ser ovacionado cuando dejó la cancha frente al Guapo.