El extraño caso de Gonzalo Tapia: de promesa a decepción y hace cuánto que no suma minutos en River

"Sueño todos los días, a ver cuándo va a empezar esta aventura...". En aquellos días de verano en San Martín de los Andes, a pocos kilómetros de su Chile natal, Gonzalo Tapia charlaba con Olé y se sentía con la emoción de un nene con un videojuego nuevo. Estaba listo para apretar play y sorprenderse al descubrir cada rincón del mundo River, con ganas de pasar niveles y afrontar el desafío. Pero el joystick nunca funcionó. Se quedó estancado en la pantalla de inicio y pasó de ser una sorpresiva apuesta de Marcelo Gallardo a la decepción total, con escasos minutos en cancha y olvidado por los hinchas, en un anonimato atípico.

Curiosidad. Esa fue la primera sensación que generó en Núñez desde aquel día que se hizo la revisión médica ingresando al Centro Rossi por detrás de los flashes a Enzo Pérez. "Si lo pidió el Muñeco, por algo será", rezaban los hinchas en redes, mientras buscaban videos en Youtube para tener referencias del delantero considerado como una las grandes promesas del fútbol del país trasandino y que convirtió el 50% de sus goles de su carrera (22) como segunda punta en la Universidad Católica.

Entusiasmo. Su veranito en enero fueron los amistosos ante la U. de Chile y México (ese día fue presentado en el Monumental). Su verticalidad en los metros finales y la búsqueda del arco rival, a pesar de la falta de puntería, lo perfilaban como una opción de recambio, pero a la hora de jugar por los puntos pasó desapercibido tanto en Núñez (Instituto, Lanús y Estudiantes) como de visitante (Platense, San Martín de SJ y Riestra), descartando así que la presión del Monumental sea el principal factor de su bajo rendimiento.

Desilusión. Apenas un tiro al arco en 200' oficiales en cancha (7PJ, ninguno por Libertadores). Dos chances creadas desperdiciadas y 10 toques. Sus estadísticas en baja y la pérdida de confianza, que contrastan con los rendimientos en alza de Driussi, Colidio y hasta Borja, lo fueron alejando de la consideración del mismo MG que lo llamó para convencerlo de ponerse la Banda, a tal punto que el joven de 23 años no juega desde el 15 de marzo vs. Deportivo Riestra (ingresó por Borja y sumó 17') y directamente no fue convocado en siete de los 13 partidos siguientes.

Irreversible. La situación ya parece no tener vuelta atrás. Aun con contrato hasta diciembre de 2028, Tapia, quien antes de mudarse a Nuñez tuvo sondeos de Brasil y de los Países Bajos, no pudo demostrar ninguna de las cualidades que él mismo destacó -potencia, llegada al área y creador de ocasiones de gol- y que lo llevaron a ser convocado por Ricardo Gareca a La Roja.

Sin poder dar pasos hacia adelante, sus agentes tratan de buscarle ofertas y River intentará al menos recuperar los 800.000 dólares de resarcimiento que le pagó a la UC porque ya se había vencido su contrato. Gonzalo quedó encerrado en su propia Tapia y su aventura quizá ya nunca empiece...

Los goles de Gonzalo Tapia en la Católica en 2024