Enzo Pérez, ante una sensación especial en uno de los partidos que mejor le sientan

Uno de los partidos que seguramente Enzo Pérez haya idealizado en su cabeza a la hora de decidir volver a vestir la camiseta de River fue el superclásico con Boca. Si bien con Estudiantes enfrentó al Xeneize a mediados del 2023, partido en el que le anularon el gol de la victoria sobre el final, las ganas de enfrentar al rival con el que tuvo sus mejores victorias en su primer paso por el CARP siempre están y llegó el momento de un reencuentro especial. Porque este domingo, el ídolo vivirá una nueva fiesta en el Monumental, la cual tendrá un matiz atípico porque podría significar la última de su carrera como jugador.

A todo lo que implica la magnitud de un superclásico, a Enzo se le sumará un factor emotivo en este Súper. A sus 39 años y con contrato en el club de sus amores hasta fin de año, el recibimiento que vivirá en el Liberti con un importante cotillón y mucho color quizás pase a ser un momento que no vuelva a repetirse en el tiempo que le queda con la banda roja en el pecho, lo que dependerá de lo que el propio futbolista sienta a fin de año.

Con 15 partidos (1.034') jugados en el año y un rendimiento que viene en alza, algo que quedó a la vista en el Bosque frente a Gimnasia, donde con su orden, su equilibrio y su precisión en los pases lo convirtieron en una de las piezas clave de la goleada por 3-0; el ídolo de 39 años no viajó a Quito y descansó para llegar al 100% a su 18° clásico frente a Boca, uno de los rivales que mejor le sienta: le ganó siete veces y lo eliminó en tres ocasiones.

Con la final de la Libertadores en Madrid como el hito principal de su historia en los superclásicos, choque que terminó festejando con un turbante que fue el objeto enigmático utilizado para su presentación en la vuelta de este año, el mendociono registra un largo y exitoso currículum frente al Xeneize. A esa eterna victoria, le sumó otros clásicos icónicos, dentro de los que destacan la consagración en la Supercopa 2018 en Mendoza y el 2-0 en cancha de Boca por la LPF 2023, donde fue partícipe necesario para el primer gol -su remate de afuera del área se desvió en Salomón Rondón y dejó sin chances a Sergio Romero-, y que hasta ahora es su último clásico.

Esta vez como el jugador más longevo del plantel, seguido por Franco Armani con 38 primaveras, Enzo volverá a cumplir un rol fundamental en un equipo que tiene a varios debutantes en River-Boca -Kevin Castaño, Giuliano Galoppo, Maxi Meza, entre otros-, y seguramente en la antesala repita una de sus costumbres superclásicas: reunir a los más jóvenes de plantel para darle confianza y tranquilidad, algo que lo destacó en 2022 en La Bombonera y que forma parte de ese plus que le genera tener a Boca enfrente, el rival al que más enfrentó en su carrera (39) y al que desde el Apertura 2009, cuando gritó un gol de cara a la gente de Boca en cancha de Quilmes jugando para Estudiantes, le declaró una guerra en la que volverá a batallar.

Video: el festejo de Enzo en su último clásico frente a Boca