¡Cómo aburrieron! ¡Qué poco demostraron los dos central, Rosario y Barracas! Casi ni cosquillas se hicieron en un partido con más lucha que claridad, con más fricción que fluidez en la circulación de la pelota.El Canalla y el Guapo jugaron un mal partido, cerrado. El típico donde el que convertía un gol lo ganaba. Pero ninguno lo logró. Muy pocos méritos hicieron para convertir.
Parecía que los ojos se les cerraban cuando llegaban a tres cuartos de cancha y ni siquiera con remates desde afuera del área pudieron sacudir la modorra, excepto ese disparo de Ferreyra que tapó Desábato, arquero del Guapo.