Con gritos de Paradela y Romero, el equipo de Gallardo le ganó a un duro Lanús (terminó con 9). Ahora, la ida de octavos con Vélez.
Probablemente, este sábado por la noche le haya dejado bastantes buenas sensaciones a Gallardo. A eso de las 18 se enteró que Beltrán y Aliendro podrán estar a disposición suya para la Libertadores por el acuerdo alcanzado con Colón. Y tres horas más tarde recibió acaso la mejor noticia: José Paradela y Braian Romero, dos de los que menos minutos venían disputando por sus bajos rendimientos, tuvieron una noche soñada y demostraron estar a la altura del equipo titular de River.
River Lanus
Sí, fundamentalmente por ellos dos -sobre todo José- se explica este buen triunfo ante Lanús que le permite a River confirmar su levantada tras el 5-1 a Unión y llegar con ánimo positivo a la ida de los octavos de la Copa contra Vélez, el miércoles por la noche en el Amalfitani. Quedarán para trabajar algunas fallas defensivas que podrían no perdonar en esa instancia.
Lejos de cuidar piernas pensando en ese encuentro, el Muñeco apostó por darle rodaje al equipo que hoy considera titular, con los tres volantes ofensivos (De la Cruz, Enzo Fernández y Paradela) delante de Enzo Pérez y Romero como acompañante de Julián Álvarez. Y en el arranque dio resultado desde el juego, pero no en el score: tuvo el dominio de la pelota y mostró buenas asociaciones, con el mayor de los Enzos saliendo a cortar y anticipar bien adelante los intentos de salida del Granate y los dos centrales jugando en campo rival, pero le costó generar situaciones.
Fue la salida por un golpe de De la Cruz (una desgracia con suerte) la que le abrió el camino: Gallardo metió a Barco y pasó a Paradela a la banda derecha. Un plenazo… Porque José Antonio dejó de ser el murmurado para pasar a ser el de Gimnasia, ese que en sus skills deleitaba el paladar de los hinchas.
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Lo demostró apenas dos minutos después de la decisión táctica del DT: recibió -con espacios- de Barco, la acomodó para su zurda y la colocó como con la mano en el segundo palo. La volada de Monetti sólo hizo más espectacular el golazo, puro desquite para el #26, quien demostró ser mucho más punzante y cerebral por ese sector.
Lo cierto es que adentro de la cancha, la cosa cambió bastante, fundamentalmente en el final del primer tiempo (Aguirre casi empata, pero estaba en offside). Lanús se adelantó de la mano del buen juego de Belmonte y el tándem derecho Di Plácido-Aguirre, mientras que en River, Pérez dejó de morder arriba y Paradela y Barco quedaron algo aislados en las bandas producto de un Enzo Fernández que no funcionó como enlace.
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Los ingresos de Quintero y Palavecino le dieron algo más de posesión, pero el Grana preocupó con varios ataques en la segunda mitad y sembró dudas en la defensa Millonaria pensando en Vélez (y en el Oso Pratto). Fueron dos tiempos bien diferentes, pero con más buenas noticias que negativas. Después de un arranque de LPF con bastantes dudas, encadenar dos triunfos al hilo y tener a Paradela y Romero con la flechita para arriba pensando en la Libertadores no es para menos…