En total, River ganó cuatro veces la Conmebol Libertadores: en 1986, en 1996, en 2015 y en 2018. Repasá en esta nota cada conquista de América del Millo, que es junto a Estudiantes el cuarto club del continente que más veces ganó el título.
En total, River ganó cuatro veces la Conmebol Libertadores: en 1986, en 1996, en 2015 y en 2018. Repasá en esta nota cada conquista de América del Millo, que es junto a Estudiantes el cuarto club del continente que más veces ganó el título.
La tercera fue la vencida: luego de caer en las finales de 1966 (contra Peñarol) y 16 (ante Cruzeiro), River tuvo una nueva posibilidad de levantar la Copa en un año terminado con 6. Y finalmente se dio, luego de ganarle 2-1 en Colombia (goles de Funes y el Beto Alonso) y 1-0 en el Monumental (Funes) al América de Cali, que en su equipo tenía a Julio César Falcioni, Ricardo Gareca y Carlos Ischia.
En aquella edición, que se jugaba con un formato diferente al actual, River lideró su grupo de primera fase sobre Boca, Montevideo Wanderers y Peñarol (clasificaba sólo el primero), y ganó también su zona de la segunda fase (las antiguas semifinales en grupos de a tres), superando a Argentinos Juniors (campeón del año anterior) y Barcelona de Guayaquil. Meses más tarde, River condecoró ese año ganando la final del mundo ante el Steaua Bucarest de Rumania.
El gol de Alzamendi en el Monumental en aquella histórica final contra América de Cali:
Parecía cosa del destino: en otro año terminado con 6, River llegaba nuevamente a una final. Y curiosamente contra el mismo rival que la anterior: América de Cali.
Tras caer 1-0 en la ida, River remontó aquella final en un Monumental que explotaba. Se dice usualmente que esa noche se vio "el mejor recibimiento de la historia". Doblete de Hernán Crespo y otra Copa, la segunda a las vitrinas.
Antes, River ganó cómodo su grupo y eliminó a Sporting Cristal en octavos, San Lorenzo en cuartos y Universidad de Chile en semis.
La tercera Libertadores llegó de la mano de Marcelo Gallardo. Tras clasificar increíblemente a octavos de final sin haber ganado ningún partido de su grupo hasta la última fecha, River se metió en la siguiente fase con una mano gigante de Tigres, que la misma noche que el Millo goleó 3-0 a San José de Oruro en Núñez, le ganaba con suplentes a Juan Aurich por 5-4 en Perú.
River pasó a octavos como el peor segundo y le tocó en el primer mano a mano contra el mejor primero: Boca. Y en el segundo superclásico mano a mano a eliminación directa con el Muñeco (el primero había sido en la Sudamericana del año anterior), el Millo volvió a imponerse, ganando 1-0 la ida (gol de Carlos Sánchez) y pasando luego del papelón histórico de la Bombonera, gas pimienta mediante. Se imponía así la paternidad contra Boca que el Muñeco patentó en su ciclo.
Luego, River eliminó a Cruzeiro (remontada histórica en Belo Horizonte, tras caer 1-0 en la ida) y Guaraní de Paraguay, para encontrarse nuevamente en la final con su gran aliado de la primera fase: Tigres. Sí, paradoja del destino.
Tras empatar 0-0 en México, River fue implacable en el Monumental y goleó 3-0 a Tigres, conquistando de esta manera por tercera vez el continente.
La Copa más linda de todas, sin dudas. El establecimiento del 9 de diciembre como fecha sagrada en la patria millonaria. Ganándole a Boca en una final que empezó en la Boca y terminó en Madrid, River levantaba por cuarta vez la Libertadores, tras lo que para muchos fue el partido más importante en la historia del fútbol mundial a nivel clubes, ya que nunca antes dos clubes tan grandes, siendo clásicos rivales, habían definido mano a mano un título de esta envergadura.
Una fase de grupos cómoda. Una fase final casi imposible: Racing en octavos (campeón local esa temporada), Independiente en cuartos (por entonces vigente campeón de la Sudamericana) y Gremio en semis (defensor del título en aquella Libertadores), con una épica remontada en Porto Alegre (el penal del Pity Martínez sobre la hora), antes de la mencionada finalísima contra Boca.